¿Alguna vez te has sentido culpable por hacer cosas que te hacían feliz o te has avergonzado por algo, pero no entendías por qué? Aunque es importante saber reconocer lo que has hecho mal y pedir disculpas por tus errores, a veces puedes quedarte atascado sintiéndote culpable por algo que no deberías.
La definición psicológica de culpa se refiere a ese sentimiento de que mereces reproche o enfado por parte de los demás, un sentimiento de vergüenza merecida que a menudo se evoca cuando herimos conscientemente a otros con nuestras palabras, elecciones o acciones.
Pero sentirse excesivamente culpable y culparse por todo es una actitud poco saludable, y a menudo conduce a sentimientos de inadecuación, ansiedad y perfeccionismo, y si no se tiene cuidado, puede empeorar hasta convertirse en un patrón conductual de sobrecompensación y sobrepensamiento, así como alcanzar altos niveles de estrés y malestar emocional crónico. Por todo esto, aquí te indicamos siete cosas por las que no deberías sentirte culpable nunca.
Número uno
No ser perfecto. ¿Te recriminas a ti mismo con frecuencia por cometer errores comunes? ¿o por no alcanzar lo que pretendías? Por frustrante que pueda parecer, la verdad es que ninguno de nosotros es perfecto y no podemos ser buenos en todo lo que hacemos, especialmente las primeras veces que intentamos algo nuevo.
Albert Einstein lo expresó mejor cuando dijo “Una persona que nunca ha cometido un error nunca ha intentado nada nuevo”. Cuando te machacas por cada pequeña cosa que haces mal, inicias un diálogo interno negativo que te devalúa progresivamente.
Número dos
Pedir ayuda. Otra cosa por la que nunca debes sentirte mal es por pedir la ayuda de alguien, especialmente cuando realmente la necesitas ya que, por mucho que lo intentes, no puedes hacerlo todo tú solo.
Nadie tiene todas las respuestas en la vida y nadie lo tiene todo resuelto. No hay necesidad de seguir luchando en silencio sólo porque tienes miedo de parecer una carga para los que te rodean.
No hay que sentirse culpable por acudir a alguien y pedirle ayuda de vez en cuando. Más bien al contrario: puede ser bueno recordar que nunca estás realmente solo en tu lucha.
Número tres
Tener éxito. Nunca deberías tener que disculparte o sentirte culpable por alcanzar tu propio éxito. Los logros merecen ser celebrados, pero algunas personas pueden sentir celos o resentimiento hacia ti por tener tanto éxito e intentar hacerte sentir mal por ello. No les des la satisfacción de que te afecten.
No deberías tener que fracasar sólo para que otras personas se sientan más cómodas a tu alrededor. Has trabajado duro para hacer algo por ti mismo y deberías estar orgulloso de ello. Te mereces tu éxito y no dejes que otras personas te quiten ese orgullo.
Número cuatro
Decir “no” cuando lo necesites. Es difícil no sentirse culpable cuando no podemos dar a alguien lo que quiere de nosotros, pero llega un momento en que tenemos que mantenernos firmes y hacernos valer. Decir que no a las cosas que no puedes o no quieres hacer es una buena práctica que logrará establecer límites saludables para ti mismo.
De lo contrario, podrías acabar lamentando tus acciones, despreciándote por ello y resintiéndote con las otras personas que te han puesto siempre en esa situación. Te mereces ser una prioridad en tu propia vida. Tus deseos y necesidades no deberían estar en segundo lugar respecto a los de los demás.
Número cinco
Alejarte de las situaciones o personas tóxicas. ¿Tienes a alguien en tu vida que siempre ha acudido a ti con sus problemas? ¿Alguien que constantemente trata de arrastrarte a su eterno drama vital?
Si has respondido que sí, probablemente ya has querido decirle a esa persona que estás cansado de escuchar sus dilemas y en algún momento habrás intentado distanciarte de ella… y eso está bien.
Dejarse llevar por el drama de otra persona puede ser emocionalmente agotador. Así que no deberías disculparte por querer un poco de tranquilidad de vez en cuando.
Número seis
Terminar con las relaciones tóxicas. Puede ser difícil aceptar que a veces las personas que amamos no son buenas para nosotros. Pero cuando estás en una relación con una persona tóxica, ya sea un amigo, un familiar o una pareja que te maltrata y te explota, te debes a ti mismo cortar los lazos con ellos.
Este tipo de personas son una influencia negativa en tu vida que sólo te hundirán y te robarán toda tu felicidad, motivación y autoestima si les das la oportunidad. Al elegir terminar tu relación con ellos, estás protegiendo tu propia salud mental y tu bienestar emocional.
número siete
Querer ser feliz. ¿Te sientes culpable por querer ser feliz, pero no sabes por qué? ¿Te resulta difícil perseguir las cosas que realmente te importan debido a los juicios, la negatividad y el sentimiento de culpa que generan las personas que te rodean? Ya sea persiguiendo tus sueños, siendo tú mismo o atendiendo a tus necesidades personales, no le debes a nadie una explicación sobre cómo eliges ser feliz.
Al fin y al cabo, nadie tiene derecho a pedirte que les des prioridad sobre ti o que sacrifiques todas tus esperanzas y aspiraciones por ellos.
Y bien, ¿te sientes identificado con alguno de estos casos? ¿Te has sentido alguna vez culpable por hacer alguna de las cosas que aparecen en el articulo?
Si eres alguien que lucha con muchos sentimientos de culpa y vergüenza, puede ser el momento de parar y preguntarte por qué te sientes así. No hay que avergonzarse de querer lo mejor para uno mismo, aunque a veces sea a costa de los sentimientos o la conveniencia de los demás, y hay ciertas cosas por las que nunca nunca hay que disculparse o sentirse culpable.
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